Marta Luisa ha sido contratada por la empresa Gyro para que el fin de semana pasado leyera unos cuentos eróticos durante una fiesta de Navidad. Por tan poco principesca tarea ha cobrado la suma de 4.300 euros.
La princesa -que no tiene en cuenta que es la cuarta en la línea de sucesión- dice tener la capacidad de hablar con los ángeles, y además escribe cuentos para niños. Está casada con un "escritor" que al parecer escribe poco y vende menos aún. Tal vez allí radique la razón por la cual la princesa tiene que hacer "cualquier cosa" para pagar las cuentas.
Algunos consideran que Marta Luisa “ha cruzado a línea de lo que se le permite hacer en la escena comercial”. Y el público la acusa de comportarse más como una mujer de negocios que como un miembro de la familia real.
Razón no les falta.
¿Alguien podría imaginarse a las infantas Elena o Cristina haciendo algo parecido?
Desde luego que no. En España, al menos nuestra monarquía es digna.
6 comentarios:
Vaya con la princesita.
Ya no vienen como antes.
¿Será necesario acelerar los pasos hacia el sistema republicano?
Guapa Penélope: que Dios te bendiga y te prospere, y que el año 2008 sea ingenioso, chispeante y elegante, como tú.
Pues no sé... Será que aquí están muy bien pagadas...
Yo creo que Marta Luisa busca en esos cuentos lo que no obtiene en casa.
Dinero y erotismo. Porque el marido está fumao.
Con la mano en el corazón: no me imagino a nuestras infantas leyendo cuentos eróticos.
Si no estuvieran "bien pagadas" por un lado, estarían bien pagadas por el otro, serían "la imagen" de la casa Dior, o de la casa Louis Vuitton .Por cierto, no se pierdan el vídeo que publica zetapolleces:
http://reflexionesdelaerazp.blogspot.com
Gracias por el enlace, Monique.
Lo de Marta Luisa es impresentable, y tal vez Hartos de zporky tenga razón: las nuestras están bien pagadas.
Pero seguramente, si no lo estuvieran, harían como muchas que son "imagen" de tal o cual empresa, o que trabajan en la fundación de tal o cual compañía.
Creo que tienen más elegancia que la noruega.
Es lo que sucede por tener instituciones arcaicas que no representan a nadie.
Si esta mujer no fuera princesa, a nadie le importaría que lea cuentos eróticos o que los protagonice.
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